Una vez más aquí estamos acompañándonos en este ratico de reflexión, cada uno desde su pantalla, pero al menos yo te siento muy cerquita, con un rico café y esta vez de fondo tendremos a Believer Instrumental · Imagine Dragons.

“Todos nacemos originales y morimos copias” C.G. Jung.

Las creencias forman parte fundamental de nuestra vida, ya que de alguna manera van a ser las que den paso a ciertos patrones de conducta. Todos contamos con una estructura de creencias adquirida en un principio por nuestro entorno familiar y sus valores, luego cuando empezamos a relacionarnos con el mundo exterior será la sociedad y cultura en la que nos desarrollemos quienes aporten su cuota a esta estructura y por último, pero no menos importante están las autoimpuestas, aquellas que dadas las experiencias vividas sentenciamos como verdades absolutas y así las convertiremos en una creencia. Hoy vengo con ganas de moverte esa estructura, y preguntarte ¿cuál de todas esas creencias adquiridas desde nuestra infancia hasta el día de hoy, realmente te definen?

Creer que algo es posible como creer que no lo es, en ambos casos estás en lo correcto.

Hay algunas de ellas que nos aporten seguridad y bienestar, pues están arraigadas en experiencias positivas y así lo reconoce nuestro inconsciente, nunca nadie llegará a una sesión de biodesprogramación pidiendo que se le desprograme el sentirse bien y en plenitud, y esto también es un programa. Sin embargo, existen otras creencias que nos limitan al estar asociadas con eventos llamémoslos “negativos”. Todo lo que generamos en el exterior es el reflejo de aquello que está presente de forma consciente o inconsciente en nosotros.

Cuestiónalo todo.

Aquellas que son adquiridas en nuestro entorno familiar, muchas veces más que creencias son lealtades que asumimos sin cuestionarnos porque simplemente así lo hemos aprendido a partir del ejemplo, una de las formas más potentes de aprender. Y yo te pregunto, si no te genera bienestar, ¿vale la pena continuar siendo leal a algo, a lo que nadie te pidió serlo?

En cuanto a la aportación dada por el mundo exterior o sociedad podríamos hablar de muchos aspectos, pero hoy me quiero quedar con esas típicas frases o refranes coloquiales que entre gracia y gracia, o simplemente de tanto escucharlos son asumidos como verdades colectivas, generando un escenario y forma de vivir a determinadas circunstancias. 

“Tendemos a adoptar el modelo de comportamiento de la mayoría” C.G.Jung

Recordemos frases que al menos en las culturas latinas son comunes, como lo son por ejemplo: la letra con sangre entra, lo bueno dura poco o lo ganarás con el sudor de tu frente, inyectando a la vena del colectivo que todo se obtiene a partir del sufrimiento y el sacrificio. Pero la vida no es un eterno martirio, o al menos yo no lo concibo así, existen muchos otros momentos como los de fortaleza, templanza, toma de decisiones, astucia, empuje y coraje, en fin… ¿Quién dijo que siempre hay que estar como un colgado en plan sacrifico para conseguir nuestros objetivos?… Hay que reconocer que quien lo crea así se desenvolverá en su vida al pie de la cruz. Sería interesante si este es tu caso, indagar de dónde viene esta idea, quizás del ambiente familiar donde día con día veías a un padre llegar agotado de trabajar y que no se daba tregua alguna, sumado a este entorno social que con sus exigencias por doquier confirma lo aprendido en la niñez, entonces esa creencia queda validada. Sin embargo, te cuento que aquel que lo aprendió de otra manera quizás esté ahorita en Cancún frente al hermoso mar caribe y TAMBIÉN puede estar restructurando su vida, en un proceso creativo y generando bienestar en cualquier ámbito, incluso el económico, y con el único sudor en su frente que le genera el calorcito del verano y la brisa del mar.

Todo evento es neutro, mi creencia lo determina y relativiza.

Según el tipo de memorias que están alojadas en nuestro hardware (la mente y más aún el inconsciente), así correrá nuestro software (las creencias o programas). Todas las personas tenemos nuestro propio sistema de búsqueda, es decir, le damos entrada en nuestras vidas a personas o situaciones que validen nuestras creencias. Nuestro comportamiento estará condicionado y siempre va a ir dirigido a buscar evidencias que verifiquen/refuercen aquello que de manera inconsciente creo, así pondré mi atención solo en una parte de la realidad, como un filtro a través del cual veo un matiz y no toda la gama de colores. Es por eso que trabajar las creencias limitantes es súper importante porque es abrirnos al universo de posibilidades que tenemos en frente pero donde no hemos puesto el foco por estar restringidos por nuestros filtros autoimpuestos.

Generalmente estamos tan acostumbrados a esta forma de pensar y por lo tanto de actuar, que ni si quiera somos conscientes que lo podemos cambiar o transformarlo. Lo importante es revisar nuestro diálogo interno, para poco a poco identificar qué tipo de creencias nos limitan y así salir de nuestra zona de confort lo cual implicará un riesgo, claro está, pero es ahí donde daremos oportunidad al crecimiento.

Todavía me quedaría por hablar de las creencias autoimpuestas, pero esas las dejaremos para nuestro próximo encuentro. Hoy, será suficiente con preguntarte ¿Bajo que creencias experimentas la vida?… ¿voluntariamente las has hecho tuyas o simplemente se han instaurado como regente de tu actuar sin mayores cuestionamientos?.

Un Abrazo,