Hola, que gusto es volvernos a encontrar, hoy he de reconocer que me leerás más técnica y con un poquitín menos de corazón, aunque esto no quiera decir que este tema que vamos a abordar no forme parte de mi practica y experiencia, sólo que ahora vamos a argumentarlo. Empecemos a disfrutar de esta lectura con un cafecito que te acompañe y A Thousand Years Instrumental de fondo, cuando dice “El corazón late rápido…todas mis dudas de alguna manera desaparecen”

La intuición en la mayoría de los casos se presenta de forma esporádica o inexistente, y cuando se llega a hacer presente la descartamos por pensar que es un don que no tenemos, una respuesta mística y a veces hasta esotérica, o en el mejor de los casos argumentamos que es un truco de la imaginación o simplemente una casualidad. Aquel que confía en su intuición lo podemos llegar a tildar de loco, arriesgado o chaman urbano. Pero qué crees, todos contamos con esta capacidad, y no lo digo yo, lo abala la ciencia y grandes psicólogos.

Tendemos a rechazar la información que nos aporta la intuición,

 por no poder pasarla por el filtro de la razón.

Carl Gustav Jung nos explica las cuatro funciones mentales de la psique humana, todos las tenemos y se manifiestan, aunque si es cierto que habrá una de ellas que predomine en nuestros procesos mentales a la hora de la resolución de problemas o toma de decisiones. Estas funciones o inteligencias mentales se pueden explicar brevemente así:

            Función racional: es considerada como la inteligencia del ego, manifiesta la lógica/secuencial, y es gracias a ella que somos capaces de contar los números, entender un proceso, y hasta entablar una conversación. Como se ve, es muy necesaria y puede ser correcta o no.

            Función sentimiento/ emoción: está relacionada con todas las emociones, sentimientos y afectos. Son aquellas personas que tienden a tomar sus decisiones basados en su sentir y al igual que en la racional, la decisión tomada en base a esta función puede ser correcta o no.

            Función perceptiva: se caracteriza por ser concreta e inmediata, automáticamente al existir un estimulo se tiene una sensación como respuesta a éste y por tanto no necesita ser conceptualizada, por lo que no hace falta el pensamiento ni mucho menos el sentimiento, sólo la observación. 

Y por último aquí viene nuestra protagonista de hoy, la función que nos hará entender que somos mucho más de lo que creemos que sabemos y que pasamos por los filtros anteriores.

            La Función Intuitiva es como un saber interior, donde ya no dependo de la percepción y todavía no sé cómo conceptualizarlo con la razón, pero es el saber que se sabe. Te señala el camino de una forma tan amable y sutil que en muchos casos es imperceptible, y de ser captado ya será de las otras funciones el llevarlo a termino. Va más allá del ego, pues tiene el carácter de lo dado, contrario de los sentimientos y el pensamiento que tienen un carácter derivado, es decir que se producen a partir de un estimulo.  Es entonces la inteligencia interior e inmediata de lo que Jung denomina como el inconsciente colectivo. 

Cuando no sepas qué hacer, no hagas nada.

Culturas milenarias como la Budista, basan su sabiduría y entendimiento partiendo de una mente contemplativa que solo observa no busca, como un estado de divagación mental y consideran la intuición como un modo de conocimiento primordial que de pronto surge ante el estado meditativo. 

“La intuición es la inteligencia del inconsciente” C.G.Jung

Así pues, es un golpe en tu mente que se presenta como una certeza o un todo acabado, sin embargo no explica el proceso, de eso ya echarás mano de tu mente lógica/racional para materializar eso que ha surgido de forma inesperada y en lo que te has atrevido a confiar. Así como fue el caso de grandes científicos como Albert Einstein o Nicola Tesla entre muchos otros, que han tenido una inspiración inexplicable pues siguieron los pasos de esos símbolos en algunos casos generados en los sueños, aparentemente sin sentido ni fundamento y que luego materializaron con un arduo trabajo matemático, que fue regido por la lógica. Por esto intuición va primero y luego la función racional la hará tangible en el mundo de las ideas, y no al revés.

Y entonces, ¿si todos contamos con esta función intuitiva, por qué no es común para muchos integrarla en nuestros procesos resolutivos? La respuesta es simple, en la mayoría de las veces somos condicionados por nuestro racionalismo, pretendemos que desde el pensamiento se pueda entender toda la vida, dando paso a un escepticismo casi aplastante de las otras inteligencias, pero mucho más de la intuitiva. 

La razón es a la tierra, como el cielo a la intuición.

Como el sol detrás de las nubes, sabemos que hay luz pero no es posible detectar de donde proviene la fuente y sin embargo se valida la luz. Así pues te invito a validar tu intuición y confiar en la sabiduría del alma.