Hola Cariño, estamos aquí en medio de una de las temporadas más icónicas para muchos, yo incluida, pero en un año 2020, profundamente diferente. Es por eso que el motivo de estas líneas surgió de esa extraña sensación de sentir que estoy viviendo en un mes como cualquier otro y pensar que es posible ir un poco más allá de lo que solemos celebrar en estas fechas, interiorizando en esas emociones que se generaban en años anteriores casi casi de forma automática y que luego, así como el modo navideño con todas sus acciones se llegan a esfumar con el paso de los siguientes meses, así también estas emociones. Como ya me conoces, sabes que siempre sugiero una canción para acompañar tu lectura y quizás estarás pensando: “aquí viene el villancico” jajaja. Pues no, hoy yo invito estas líneas y tú el café y la música que más te haga sentido para darte este espacio .
El 25 de diciembre es Navidad, del latín significando nacimiento y mundialmente relacionado como una de las fiestas religiosas más relevantes para todos aquellos que hemos sido criados en la tradición judeocristiana, donde celebramos el supuesto nacimiento del niño Dios…. Y no te enfades conmigo al decir “supuesto” sólo que, a decir verdad, la fecha exacta del nacimiento de Jesús no está documentada y hay muchas investigaciones de grandes teólogos e historiadores sobre el tema, sin embargo, la hemos asumido/ creído ciegamente y sin cuestionamientos, como tantas y tantas de nuestras creencias. Pero bueno, no es mi intención desmontar ni demostrar nada, porque inclusive yo soy la primera que celebro y creo en esto, ahora quizás solo un poco más critica que antes, y quizás este comentario sólo sirva para que más adelante te animes a evaluar ciertas creencias de tu vida en general, tema que prometo abordar en alguna de estas píldoras.
No es sólo este componente religioso el que embarga a estas fechas, ya que incluso hasta aquellos que no son creyentes llegan a celebrar y a embriagarse del flow navideño. Y es que se siente en el ambiente de forma contagiosa el querer compartir de formas tan variadas, como cada uno de nosotros tengamos por costumbre. Al final bien sea con un delicioso platillo que ha sido servido en nuestras mesas de generación en generación, con un pequeño regalo, una llamada simplemente para saludar aquel amig@ con el que tenemos muchos meses sin hablar, las redes sociales estallan en buenos deseos, la música suena recordando que son tiempos de alegría y a veces por qué no decirlo también de ciertas añoranzas, las calles brillan con sus adornos, y finalmente de forma colectiva el objetivo es expresar nuestro cariño, amor y agradecimiento. Y es que es tan fuerte esta energía, que seguro podrá ser el momento en el cual muchos recuerdan a los más solitarios o desamparados y ofrecen también a ellos gestos de generosidad y bondad.
Y qué pasa cuando las calles no brillan con sus arbolitos de colores encendidos, cuándo las reuniones deben ser en el mejor de los casos reducidas a un máximo de 10 personas, las fiestas están prohibidas, la música no suena y no llegan los abrazos. ¿Será que el 2020 además de todo también nos ha arrebatado la navidad?… Realmente no lo creo, lo que si pienso es que es una gran oportunidad para volver a adentro, y es que por muchos años quizás hemos permitido que los estímulos externos sean la fuente motivadora y es por esa misma razón que al terminar las festividades, poco a poco nos embarcamos en esas rutinas que van desvaneciendo toda esta energía como agua entre las manos. Cariño, la fuente más potente la llevas en el corazón y tú tienes el poder de manifestarla si así lo deseas.
Mi mayor deseo es que esa luz interior que todos tenemos sea tan fuerte que se mantenga encendida no sólo por un mes sino también por los otros 11 restantes, y que el nacimiento-Navidad de todos esos sentimientos y/ o emociones como amor, armonía, ilusión, unión, esperanza, gratitud y compasión sean manifiestos cada día de nuestro existir. Pero así no sería más que un buen deseo y palabras bonitas cómo tantos otros que abundan en estos tiempos, mi pregunta como un regalo para ti será: ¿Cómo quieres mantener activa esa fuente?, y mejor aún ¿ Qué acciones tomar para experimentar la plenitud sin dejarla a la suerte de un mundo exterior o en manos de otros?… Ojalá que cada uno logre encontrar su respuesta, yo te contaré la mía el próximo sábado en la siguiente píldora.
Sé la energía que deseas atraer a tu vida y pronto verás como llegará.
Con amor hoy y siempre.
LIBERA TU CORAZÓN Y AVANZA – CONECTA CONTIGO
[…] la píldora pasada ES ALGO MÁS QUE NAVIDAD (que por cierto, te invito a leerla en este link si todavía no lo has hecho) terminé mi deseo […]