“¡Anda ya!, ¿Quién me lo hubiera dicho estimado 2020 que cuando llegaste, hace ya 358 días ibas a resultar tan pero tan complaciente, porque recuerdo haber dicho que serías un gran año y mira que lo has cumplido, pero no como yo lo imaginaba en ese momento, efectivamente serás inolvidable y quizás hasta protagonista de algún capítulo en los libros de historia… Sí que la supiste hacer, sorprender a todos y aunque no te voy a recordar cuales eran mis expectativas contigo, hoy te escribo para agradecerte ciertos aprendizajes que me has dado, pero también he de decirte que no faltarán algunos reclamos y mostrarte la frustración que me has dejado…”

Extracto de mi carta al 2020.

Así comienzo esta píldora, con un pequeño extracto de mi carta al 2020, lo que sigue ya es muy personal y no pretendo aburrirte con mis temas, aunque si te puedo compartir que muchos de esos agradecimientos no fueron en sí por deseos cumplidos sino más bien por aprendizajes que se deslindaron de un proceso bastante inesperado y un tanto dolorosos. Hoy para acompañar esta lectura más que un café, al menos yo necesitaría un tequila jajaja, porque no es tan sencillo hacer el recuento de los daños, ese tan llamado balance del año. Así que mejor te dejo esta canción Memories · Marron 5 instrumental cuando dice: 

“De todo lo que hemos pasado

Bridemos por los que están aquí hoy

Brindemos por los que perdimos en el camino

Porque las bebidas traen de vuelta todos los recuerdos.”

Escribir es terapéutico, es vaciar todo lo que llevamos dentro, nuestras sombras y también nuestras luces y creo que es un buen momento para tomar esta herramienta de la escritura terapéutica y hablarle a la cara a este año tan intenso, que rompió más que estructuras.

En la píldora pasada ES ALGO MÁS QUE NAVIDAD (que por cierto, te invito a leerla en este link si todavía no lo has hecho) terminé mi deseo para ti con dos preguntas muy potentes, y es que al menos para mi una de las formas para no atascarnos en las curvas y baches que nos presente el camino es prendernos a la gratitud, a veces muy a la vista y otras tantas teniendo que entrar a darle la vuelta a la situación cambiando la perspectiva o buscando el aprendizaje añadido. Es así como creo factible el poder mantener tu luz interior encendida y brillando fuerte a lo largo de los 12 meses y no nada más por un período festivo impregnado entre tantas otras cosas por el consumismo puro y duro. 

Pero volviendo al cierre de este año calendario, que por demás está decir que nos ha dado una bofetada inesperada de retos y duelos, la podemos aprovechar para despertar y valorar lo que dábamos por sentado y agradecerlo como nunca antes lo habíamos hecho.

Decir “Bendito Dios ya se está acabando el 2020” o “Que llegue ya el 21” es una ilusión absurda, pues a las 11:59 no se cierra de golpe y porrazo todo lo vivido ni llegan a nuestra puerta las cosas buenas que estamos deseando. Dicen por ahí que una meta en la que no es planeado su proceso es simplemente un sueño. Así como en el solsticio de invierno siendo la noche más larga del año se celebra que comienza el acercamiento del sol para luego de 6 meses alcanzar el día mas largo y luminoso del año, así también hoy a pocos días que termine este año debemos tener claro que todo lo bueno que deseamos para la humanidad entera y para nuestras propias vidas será un proceso, que merece le demos estructura y tomar las riendas de nuestros planes con la implicación que necesitan, para poder llevarlos a buen termino a pesar de las circunstancias externas. La buena noticia, es que tenemos un bagaje de experiencias previas que nos marcarán la pauta para mejorar, si hemos integrado lo vivido.

Es por eso que hoy te animo a que te regales un tiempo de reflexión, de reconocer y abrazar todo lo que te ha sucedido y cómo lo has afrontado. Que te aplaudas tus momentos de valentía y fortaleza, que debieron haber sido muchos a lo largo de estos 12 meses. Escríbele al 2020, vacía tu corazón y tu mente, para crear espacio de una manera simbólica a esos nuevos propósitos que tienes y anhelas con el alma. Luego, lee esa carta en voz alta y si es necesario llora, enójate, lo que sea que sientas pero suéltalo, verás como es verdaderamente liberador.

 Por último, quizás en otro momento de más calma, plantéate tus nuevas metas y cómo pretendes hacerlas posible, sin exigirte de más, siendo amable contigo mismo para no auto sabotearte en el camino, recuerda que es preferible pequeños pasos que nos acerquen al objetivo, que grandes saltos  en los que fácilmente podemos caer y finalmente nos lleven a abandonar, como el clásico ejemplo de hacer ejercicio, si nunca lo has hecho pero sabes que es bueno para ti, lo amable es plantearte caminar 20 minutos 3 veces por semana y no 2 horas diarias, pues los hábitos necesitan constancia, y de a poco le podrás ir incrementando evitando la frustración y el auto reclamo.

Esta es mi propuesta, no es magia sino poner un poco de luz a lo que vamos cargando o almacenando en nuestro corazón, llevarlo a la consciencia. Por experiencia te digo que escribir libera, que al hacerlo le estamos dando forma y estructura a lo que pensamos, pero sobretodo a lo que sentimos. Es algo que todos tenemos al alcance, un simple papel y lápiz en un momento contigo mismo. ¡Inténtalo!, no tiene que ser perfecto, solo tiene que ser tuyo.

Y así me despido por hoy deseando que descubras lo bueno en medio del caos y que te llenes de esa energía maravillosa con la que siempre cuentas pero que a veces opacamos, el amor principalmente a ti mismo y a la vida.