Hola guap@… Aquí estamos otra vez para disfrutar de un momento juntos, yo desde estas líneas, tu desde un corazón abierto a la reflexión, y como invitada de honor hoy nos acompaña Human · The Killers, sí porque me encanta cuando dice “cierra los ojos, limpia tu corazón, corta la cuerda… busca la respuesta”, y hoy vengo con todo a proponerte limpiar los miedos que habitan en tu corazón. ¿Ya tienes listo tu café?…

La vida es una consecución de acontecimientos. Todas esas situaciones, la que sea que estés pasando, se propagan como una pandemia mental cuando nos invade el miedo, y uno lleva a otro como una gran telaraña que te va envolviendo y paralizando, creando una inseguridad constante a experimentar la vida en sí misma. 

Que ese miedo que te acompaña sea una fuerza generadora de acción para salir de tus inseguridades, sentirte y no pensarte, es darle la vuelta y jugarlo a tu favor. Tener miedo es normal, ¡si lo que tenemos es sangre en las venas no agua!, lo que no es normal es acostumbrarnos a vivir así.

 Crear una mejor versión de nosotros mismos, implica conocernos y romper con esos muros que hemos construidos, para descubrir todo aquello que está del otro lado. Te aseguro que en la mayoría de los casos quedarás maravillado.

¡Sí!, parece increíble decir que el miedo aporta una situación positiva en nuestras vidas, pero vamos a la raíz de esta emoción primaria para entenderlo mejor. La función principal del miedo visto de una forma arcaica es la supervivencia. Es un semáforo rojo que se enciende y nos alerta que estamos en peligro, un peligro real o ficticio (basado en nuestras creencias, por ejemplo). Pensemos en un tierno ciervo frente a un leopardo, no se quedará paradito esperando ser devorado, en cambio aplicará la huida tan rápido como le sea posible, instintivamente para salvar su vida. Si es verdad que los animales no reconocen sus emociones con una etiqueta, pero si que la experimentan. En realidad en su sistema biológico se generan las mismas sustancias que en nosotros, activando ciertas reacciones en respuesta a la emoción generada. Lo que si es válido plantearse es que sus sensaciones serán diferentes pues no son racionales, y por tanto no hay una interpretación de las mismas. Bueno, voy a controlar mi vena docente que no estamos en una clase de Biología.

El ciervo sólo entra en MOVIMIENTO / ACCIÓN, en busca de una mejor opción.

Ahora bien, en nuestro caso como seres humanos, la forma de reaccionar ante los miedos va a estar condicionada por la información almacenada en nuestro inconsciente y el cómo hemos aprendido (generalmente en nuestra primera infancia) a afrontarlos, es por esa razón que ante una misma situación de “peligro” cada uno tendremos nuestra manera muy particular de vivirla. Entendiendo por peligro el riesgo de perder la vida o sin ser tan drásticos, hablemos de lo cotidiano: ser lastimados, traicionados, rechazados, expuestos y un largo etcétera. Pero hoy, no es cuestión de analizar ese gran archivo con el que contamos y que en ocasiones juega a nuestro favor, pero en muchas otras no.

Cada uno sentimos ese miedo con mayor o menor intensidad dependiendo del estimulo externo al que nos estemos enfrentando, el cuerpo habla y hay que aprender a escucharlo. Dicen que el opuesto al amor es el odio, y yo pienso que no es verdad, el verdadero opuesto al amor es el miedo, que nos impide manifestar eso que somos en esencia. 

Solemos ver nuestros miedos como obstáculos, y definitivamente así lo serán, porque todo toma el matiz que le demos. Pero qué tal si comenzamos a verlos como oportunidades… ¿de qué?, pues de superarnos a nosotros mismos, emprender un nuevo comienzo, explorar otras perspectivas, abrir nuestros horizontes, reinventarnos… ¿parece poco?, a mi realmente me parece una propuesta muy potente, y te pregunto:

¿Qué harías hoy si no tuvieras miedo?…

La única forma de restarle intensidad a un miedo es encarándolo, así como un niño al que su padre con dulzura y paciencia le ayuda a abrir la puerta del armario y descubrir que el monstruo no existe. Con esa misma dulzura y paciencia da un paso hacia delante, uno a la vez, y acércate más a tu “supuesto monstruo” para que le mires a los ojos y te animes finalmente a trabajar en ti, te aseguro que perderá fuerza misma que tú ganarás… Verás todo lo que eres capaz de hacer y volteando hacia atrás de todo lo que te estabas perdiendo. 

Así como las sopas de sobre no alimentan el cuerpo, las soluciones instantáneas no nutren el alma. Cariño, es un proceso en el que la mayor victoria es para ti, cuando sientas ese miedo y tomes valor, lo trasciendas, porque en realidad te estás trascendiendo a ti mismo.

“Ojalá que la espera, no desgaste mis sueños

Ojalá que la niebla, no llegue a mis pulmones “Mario Benedetti

…Y ojalá que los miedos no te roben la vida.