Hola cariño, que alegría estar de vuelta después de estas semanas de verano. Lo pensé mucho, acerca de cuál sería un buen tema para dar inicio a este nuevo ciclo de píldoras y aquí estoy.
En un blog como este, con enfoque en el desarrollo personal, la autoestima puede ser uno de esos temas estelares, ya que seguramente una buena o alta autoestima es un ingrediente importante para sentirnos plenos en nuestra vida. Sin embargo, para llegar ahí, al menos desde mi perspectiva, es imperante pasar por otros procesos.
Así que para no perder nuestra buena costumbre, recarga tu taza de café o de esa deliciosa infusión que te acompaña durante la lectura de hoy, y con How to save a life · Instrumental de fondo, empecemos.
La autoestima, palabra altamente manoseada en estos tiempos, y que pareciera que con un plis plas se puede llegar a ella, cuando en realidad resulta ser la cúspide de la montaña, luego de haber pasado por estaciones previas, a veces escabrosas.
Lo primero sería entender que la autoestima, como todo en esta vida, cambia con los años y con las distintas situaciones vividas a lo largo del camino. Hay momentos en la vida en los que uno se quiere mucho y otros en los que no tanto, según sea lo que se esté viviendo.
Hay dos procesos previos y particularmente pienso que son claves, que pueden ser la base de la pirámide en construcción de nuestra autoestima. El primero de ellos el autoconocimiento, porque no puedo querer algo que no conozco, por lo tanto lo primero es descubrirme genuinamente y preguntarme ¿Quién soy?
En un porcentaje bastante alto, la respuesta a esta pregunta surge de otra como lo es ¿ Qué hago yo?, y de acuerdo a lo que se hace, se suele definir lo que soy. Sin embargo, somos mucho más de lo que hacemos, y por lo tanto, si saco todo lo que hago en esta vida y me quedo al desnudo, por ejemplo: ya no soy profesora, ni terapeuta, ni madre, ni etc, etc, etc… entonces ¿Quién soy?
Abrazar tus vulnerabilidades te hace más fuerte.
Trabajando mi autoconocimiento en pro de esta respuesta existencialista, puedo detectar que tengo dos aspectos de mi, uno luminoso y otro oscuro coexistiendo entre ellos. Y desde ahí, decir: Ya ok, esta soy yo: soy generosa, apasionada, creativa, emotiva, controladora, perfeccionista y una larga lista por descubrir, listo esta soy. Pongo sobre la mesa mis talentos, fortalezas y recursos con los cuales me siento segura cuando salgo al campo de acción, y aquellos de allá en el rincón son mis debilidades, temores y traumas, eso que me puede sobrepasar en un momento dado. Así abiertos en canal con nuestro ser, se llega al segundo proceso, el de la auto aceptación.
Porque no puedo querer algo que no conozco y que no acepto.
Entonces surgen nuevas preguntas: ¿Qué de esto me gustaría seguir manteniendo en mi vida y qué no?, habrán características que me gusten y otras que seguramente no, y resulta que dentro de las que no me gustan, habrán algunas que se puedan mejorar y otras que no, porque si por ejemplo estoy peleada con mi estatura, no hay forma de que me estire, irónicamente la realidad es que con la vejez me encoja, entonces el camino será la aceptación de mi 1.67 metros.
Puedo dejar de estar, pero no de SER.
Es cierto que hay aspectos que sí pueden ser modificables en nosotros, pero que muchas veces condenamos de forma inconsciente con nuestras palabras. Es muy diferente decir “yo soy fea”, a decir: “yo hoy estoy fea”, porque de esta forma puedo dejar de estarlo cuando lo decida, si mañana me propongo arreglarme y verme bonita. Pero si digo SOY fea, gorda, egoísta, intolerante, o lo que sea, no tengo ninguna posibilidad de dejar de ser. Inconscientemente estoy cerrándome a la oportunidad del cambio.
También usamos etiquetas que llevamos colgadas y a veces tan integradas como un tatuaje, y que quizás fueron ciertas a los 20 años y ahora ya no lo son. Estos mandatos y definiciones personales que forman nuestro auto concepto también se deben ir revisando y acotando, para poder redefinirnos según nuestro momento de vida actual, porque mi madre pudo decir mil veces que era una desordenada mientras fui universitaria, pero ahora que llevo mi casa es probable que ya no me queda esa etiqueta y sin embargo yo siga diciendo que lo soy.
Así que resumiendo, hay mucho que va cambiando dentro de nosotros y que principalmente debe ser conocido y aceptado para darle mayor solidez a la autoestima. La invitación está en indagar en: ¿Quién soy?, ¿Qué me gusta de mi, qué no me gusta?…¿Qué acepto de mi, y qué no acepto?… ¿Qué puedo cambiar, y qué no puedo cambiar y tengo que aceptarlo como es?. Menuda tarea, un proceso de todos los días porque hay que saber que no solo es aceptar sino aprender a querer en ese proceso de aceptación. Sin embargo te aseguro que es transformador.
Uno es el mismo y es otro cada día. Quiérete mucho, quiérete más.
Gregory Miralles
Adri, Como siempre excelente.
Te auguro muchos éxitos en esa nueva formación que emprendes y te apoyo 100 % en aprender a reconocernos tal como somos y luego lo demás… Yo siempre le he dicho a mi Esposa x¿como dice la canción” Quiéreme tal como soy”
By the way, recién regresamos de compartir 15 días con mi Hija Valentina y su familia en Cadiz- España que como tu la conoces es Espactacular en cual quieras de sus Ciudades o Pueblos…Ole
Muchos cariños, Gregory
Adri Cherubini
Muchas gracias por tus buenos deseos Gregory.
Estoy muy emocionada de este paso, que durante el proceso compartiré con ustedes mi propia experiencia y luego compartirlo desde un espacio terapéutico .
Cadiz! que hermosa aunque yo siento un amor especial por Sevilla
Un fuerte abrazo
Adri
Ricardo Durán
Excelente como siempre muchas gracias
Adri Cherubini
Gracias a ti Ricardo por estar y compartir
Un abrazo
Adri