Muchas veces me pasa que despego los pies del suelo, y allá donde va mi mente, salto para querer descifrar todas las opciones posibles, en un afán de control y perfeccionismo me llego a paralizar sin disfrutar del proceso. Sí, ahí en el futuro, donde todo es incierto. ¿Te ha pasado?
En la Píldora anterior Soltar el pasado para vivir el presente (aquí te dejo el enlace por si aún no la has leído o te viene bien repasarla), abordamos las desventajas de pasar nuestros días rememorando un pasado que ya no es modificable y del cual sólo podemos y debemos tomar el aprendizaje vivido.
Hoy, nos toca estar del otro lado de la cancha ilusoria delimitada por los tiempos, el futuro, y que estando ahí es cuando el presente se nos escapa como agua entre las manos porque nos escudamos en un “mañana será mejor momento”. Así que sírvete una café y con Ironic · Alanis Morrissete Instrumental acompañemos esta lectura, porque me encanta cuando dice:
“La vida tiene una manera curiosa de jugártela.
Y la vida tiene una forma graciosa de ayudarte”
Suena muy loco para nuestra mente afirmar esto, pero si objetivamente partimos del principio que el pasado no existe, que solo existió cuando fue presente, y que sirvió para dejar un aprendizaje integrado a nuestra experiencia.
No es menos decir que el futuro está en aún en mayor desventaja, pues ni si quiera ha existido como presente. El único momento real con el que contamos es el instante presente y ahí es donde encontramos las verdaderas oportunidades, que por demás está decir que son únicas.
Vivir en clave futuro es una huida constante hacia adelante.
El parloteo interno de los planes a futuro y el poco hablar de lo que se hace aquí y ahora como respuesta y resonancia a esos planes, es como inyectarse en vena una droga con el único fin de escapar del presente, de nuestro miedos y de las posibilidades reales con las que contamos.
¿Por qué posponemos bajo la premisa que en el futuro las circunstancias estarán dadas para eso que deseamos hacer?¿ y quién asegura que verdaderamente estarán dadas?. Claro que muchas veces pueda que sea cierto, pero esta pregunta es válida si sólo pospones y no realizas en el HOY ninguna acción que te acerque a ese plan o sueño que tienes en mente.
Entre muchas razones, una de ellas es el perfeccionismo y por lo tanto la auto exigencia. Dice mi madre que “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”, y cuanta razón tiene, porque en ese afán de perfección no le damos cabida al siguiente paso, que ya sería algo muy bueno pues representa el avance, poco o mucho da igual, porque Roma no se construyó en un día.
Y cuando estamos en ese bucle de perfeccionismo y control absurdo, insistimos en excusarnos bajo requisitos previos que deben ser cumplidos para poder echar andar un proyecto, cambiar de casa, tener un hijo, hacer ese viaje y miles de etcéteras, buscando el momento preciso, que cuando llega resultada que saltan nuevas condiciones para poner en marcha eso que tanto deseamos.
No hay momento perfecto porque en realidad no hay errores, todo es perfecto tal cual como se presenta.
Ese modo de vivir en clave futuro es un autoengaño que encubre un profundo miedo, el miedo a fallar y que las circunstancias no resulten como las idealicé en mi mente. Cariño, así como en la ciencia el método científico es ensayo y error, en el camino de la vida tampoco hay errores, todo es perfecto, porque aunque los resultados no sean los esperados, dejarán la huella de la experiencia como una herramienta más para el siguiente paso.
Y si es que hay miedo tampoco hay que rajarse las vestiduras, se tiene miedo y no pasa nada. Lo más sensato es observar, reconocer y aceptarlo, es la clave para que poco a poco ese miedo se vaya disolviendo y en el proceso realizar pequeñas acciones que resten inseguridad y sumen valor para continuar. Lo que sí pasa es cuando lo encubrimos con el disfraz de “mañana” y así además de auto engañarnos, le damos más fuerza.
El futuro se construye con las acciones del presente.
En mi tierra se dice “como vaya viniendo vamos viendo”. No estoy sugiriendo que te lances al vacío en plan Loco aunque a veces la aventura resulta una buena opción. Lo que sí te propongo a modo de reflexión es que te animes a tomar acción al dar pequeños pasos que te acerquen al objetivo, considerar que no tenemos el control absoluto de las circunstancias y que eso también está bien, pues es nuestro punto de evolución y finalmente confiar en las muchas capacidades con las que cuentas para afrontar lo que se venga.
Te dejo un abrazo desde este momento presente.