¿Es la intuición un don o puedo desarrollarla? 

Esta pregunta suele ser más frecuente de lo que parece, pues nos vemos alejados de esta capacidad y cuando a veces se hace presente espontáneamente, sencillamente la ignoramos. Así que hoy te invito a validar tu intuición y entrenarla, sírvete un cafecito, y con Feel so different · Sinéad O´Connor de fondo porque me gusta cuando dice: “Todo lo que necesitaría estaba dentro de mi”.

En la píldora de hace algunas semanas La intuición, mucho más que un don (aquí te dejo el enlace por si no la has leído aún) vimos las 4 funciones de la psique humana explicadas por C.G Jung, dentro de las cuales encontramos a la intuición.

Aprender a navegar en la marea de la psique.

Entonces, si todos contamos con esta función de la mente, está en nosotros decidir validar la información arrojada de forma sutil e inesperada sin tratar de pasarla a priori por los filtros de la razón, otra de las funciones mentales.

La intuición funciona de forma sutil y callada frente a la lógica aplastante que solemos tener altamente desarrollada y a la que habitualmente le damos todo el poder para determinar nuestras decisiones conscientes.

Volver a tu centro, despertar y confiar en tu sabiduría interna.

Reconocernos como seres integrales, no sólo las memorias quedan alojadas en la mente sino también en el cuerpo y el espíritu, y nos hablan, se expresan a través de canales como los sueños, sensaciones corporales y muchas otras formas. Sólo debemos estar atentos, bajarle un poquito el volumen al exterior y conectarnos con nosotros mismos.

Pero ¿Cómo saber si estoy siendo intuitivo o me está jugando una mala pasada mi cerebro?… pues verás la intuición suele venir acompañada con alguna emoción y sensaciones físicas, fíjate por ejemplo en el lenguaje de tu cuerpo, si estás tenso/ incomodo o por el contrario con una sensación relajada/ placentera al estudiar las alternativas para una toma de decisión, ya que los centros emocionales del cerebro y los nervios del estómago llevan más tiempo evolucionando que el lenguaje.

La práctica de la meditación sin expectativas también puede resultar muy enriquecedora para abrir un canal a nuestro saber interno. Sin embargo, algo importante es “sin expectativas”, ya que meditar esperando tal o cual cosa, no es meditar, sería continuar en nuestra búsqueda constante y no permitir así el estado contemplativo de la mente desapegado a todo evento o pensamiento.

Quizás estos consejos te lleguen a parecer abstractos, y te sea más fácil si quieres potencializar tu intuición comenzar con ejercicios más concretos que la neurociencia ha desarrollado a lo largo del tiempo basados en muchos estudios y practicas al respecto.

La visión humana percibe imágenes que el cerebro procesa, y esto parece sencillo, pero en realidad nuestra visión es mucho más amplia de lo que nuestra mente racional establece como absoluto. 

Desde la neurociencia se explica que tenemos dos circuitos visuales, uno captado por el consciente y el otro por el inconsciente, y es por esto que vemos mucho más de lo que creemos.

Uno de los centros emocionales del cerebro reacciona ante imágenes que solo captamos durante 33 milisegundos, un tiempo extremadamente corto para que nuestra mente consciente pueda registrarlas y asociarlas.

Absorbemos por decirlo de alguna manera, mucha más información visual de la que reconocemos, recordamos y co-relacionamos, sin embargo, hablando como químico que soy todo eso que vemos es como la materia, no desaparece sino que se transforma en información, y por lo tanto esas imágenes captadas a una alta velocidad o sin importancia racional se almacenan en nuestro inconsciente. Y es por esta razón que podemos llegar a sentir una inexplicable familiaridad ante algo aparentemente no experimentado previamente o conscientemente desconocido.

La intuición puede ser entrenada, y aquí te comparto un ejercicio propuesto por la neurociencia: 

Cierra tus ojos e imagina un semáforo, el cual cuando la respuesta sea correcta se encenderá en verde y si es incorrecta se encenderá en rojo.

Continua con los ojos cerrados, formula preguntas en tu mente de las cuales conozcas las respuestas y visualiza este semáforo como se enciende en verde o rojo. Por ejemplo: ¿Me llamo Adriana? el semáforo que estoy visualizando se encenderá en verde, mientras si mi pregunta es ¿tengo 16 años?, encenderá en rojo.

Así realiza varias preguntas con respuestas conocidas para ti, luego de 5 minutos en esta dinámica suéltale a tu mente una pregunta de la cual no conozcas la respuesta, y una luz en el semáforo automáticamente se encenderá.

Debes permitir que la visualización sea espontanea y natural, es decir, acallar la mente racional y que no esté dando ordenes rojo/verde, pues el ejercicio consiste en estimular a nuestro inconsciente y a la glándula pineal, ya que debido a la ubicación de esta glándula se determina el proceso cerebral de interacción hemisférica (razón/lógica -HI se conjuga con emociones / intuición -HD) y se maximiza así el potencial creativo.

Esta practica realizada con constancia te hará ver en el tiempo resultados realmente impresionantes. ¡Te animo a intentarlo!

“La intuición es la inteligencia del inconsciente”  C.G. Jung

Finalmente, la sabiduría intuitiva es ese bagaje de información que alberca nuestro inconsciente, y que no es poca cosa, pues determina esas acciones o repuestas que ni si quiera sabemos de dónde provienen pero que definitivamente forman parte de nosotros, de lo que somos y de nuestra historia de vida.