Hoy llego a ti con un pequeño relato… la historia de mi vida, de la tuya, de la humanidad, verás como te irás reconociendo en cada una de las estaciones de este viaje arquetípico, algunas veces regresando y saltando de etapa en etapa… pero al final transitándolas todas. Te invito a meterte en la piel de este loco, y ve reescribiendo esta historia con la tuya, detente en cada párrafo y reconócete en él con tus propias vivencias…

Con Rewind · Absofacto y un delicioso café comencemos a seguir las huellas del loco en su caminar.

Y el loco estaba allí en su forma más pura e inocente, con esa energía que lo caracteriza, la de dar inicio a una gran aventura, y ahí donde algunos le llaman lo divino, el alma decide lanzarse al vacío y materializar la experiencia humana. Así llegamos todos con la magia, la energía activa/masculina, reconocida inicialmente desde un espermatozoide en su carrera de llegar victorioso al óvulo receptivo, la energía femenina. Son esas dos energías polares, pero a su vez integradoras como el ying y el yang que equilibran. Así llega este loco, con la torpeza, inocencia y frescura del niño chico aprendiendo a dar sus primeros pasos, descubriendo con asombro lo que le rodea, lo acoge la bondad de la madre que le enseña la belleza de la vida, y claro está, también la autoridad del padre que marca los límites y le muestra un orden, una estructura a seguir. Y va creciendo este loquito, acobijado y protegido.

Su mundo se abre a medida que va socializando, reconoce la admiración por otros, escoge a un maestro en la búsqueda de consejos, y comparte conocimientos con los suyos. Enfrenta su primera pequeña crisis, la del adolescente, como el enamorado que debe decidir entre dos pasiones, dos opciones, dos amores, ¡ojalá sean solo dos!… y es ahí que habiendo decidido y teniendo claro su objetivo, como si subiera a un carro con sus aires de juventud va por ese sueño con el coraje y determinación necesario que le haga dominar sus deseos, como las riendas a un caballo para no ser desbocado, así se pone en marcha con la fuerza justa, no pretende llevarse por delante a nadie con su gran ímpetu ni tampoco perder el ánimo.

Con los objetivos claros y quizás hasta alcanzados se topa de pronto con una señora de un rictus frío, inconmovible, contundente y objetiva, a quien le llaman la justicia y le explica que sus acciones tienen consecuencias. ¿Que mis acciones tienen consecuencias? se repite el loco, el pobre se queda de piedra y ante esto decide hacer una revisión del camino andado, voltea a mirar su pasado, se aísla un poco del mundanal ruido y como un ermitaño analiza su andar, la propia búsqueda interna, para alcanzar su sabiduría práctica y nuevamente lanzarse a la acción, ahora un poco más preparado que antes.

¡Vaya, que eso de las consecuencias fue un trago no esperado! Así que tomándose un poquito más enserio el viaje lo sorprende la fortuna, el loco duda, pero al mismo tiempo ¡Qué alegría siente!, un golpe de suerte que lo levante e impulse no le viene mal a nadie, y con este regalo inesperado de la vida o destino, como te guste llamarlo, toma aliento y fuerza, sin embargo no es cualquier fuerza sino la de su inteligencia emocional, sabe domar con amabilidad la fiera que lleva dentro, sus instintos, impulsos más primarios y deseos. Por decirlo de alguna manera intenta controlar cómo, cuándo y dónde dejar rugir a su león.

¡Ay mi loco querido, este viaje no era como lo pensaste!, has madurado en el camino con sus altos y sus bajos. Pero de pronto da un parón, a veces las pausas son necesarias y el no hacer nada (aunque nos cueste como un sacrificio) también es hacer algo, así que sin ton ni son voluntariamente cambia la perspectiva de lo vivido, para iluminarse y comenzar un crecimiento también en la parcela de su ser espiritual. ¡Que bueno que ha entendido como van las curvas!, porque llegaran momentos duros donde la fortaleza estará dentro de su corazón y deberá echar mano de ella para eliminar lo que ya no sirve en su camino, morir para poder vivir y crear espacio a lo nuevo, mi pobre loco experimenta el dolor de la pérdida, de esa muerte simbólica muchas veces de creencias/ hábitos arraigados y mucho más para llegar a una transformación.

Cuando el loco cree que ya no puede más y el desánimo lo invade, como un ángel caído del cielo conoce ahora a una nueva señora, ésta no es como la anterior, por el contrario, su aspecto es dulce, lo ayuda desinteresadamente y con amabilidad le habla del valor de la templanza, del saber ser flexible, ni tan frío ni tan caliente para  saber fluir en la vida en busca del equilibrio, él se siente reconfortado con esta amorosa enseñanza.

¡Madre mía! ¡Madre mía, agárrate fuerte Loco que ahí vienen otra vez las curvas! Se le planta en la cara su sombra, aquello que lo domina y encadena, con lo que lucha y a la vez le seduce, se caen como una torre que recibe un rayo fulminante esas estructuras que lo limitan pero que también le brindaban cierto confort. Realmente es liberador pero lo invade un profundo temor, como la doncella del cuento encerrada por años en lo alto de una torre, que al salir se siente insegura sin saber por donde tirar, a dónde ir ni por dónde comenzar, porque ha olvidado cómo es la vida fuera de esa torre, pero al tiempo descubre con asombro las estrellas en un inmenso cielo brillar y así se llena de ilusión y esperanza, se planta frente a su mirada un nuevo comienzo. Ahí, en la abundancia de un cielo estrellado el loco logra sosegar el temor y reinventarse, descubrir su nuevo propósito. 

Claro que no faltarán algunas inseguridades y otras tantas dudas, la noche es oscura y la luna nos muestra solo una cara, el loco está alerta ante lo misterioso y se guía por su intuición que le susurra bajito, sabe que sabe.

Y con esa energía un poco de alegría no le viene mal, después de la oscuridad siempre sale el sol… como un día soleado en la playa el loco se siente vibrante, rodeado de amigos, con la mente y el corazón desbordante de claridad, ¡¡¡feliz feliz feliz!!!…¡anda! que si no fuera por estos momentos ¿qué sería de nuestro Loco?

Un largo camino lleno de enseñanzas has andado y ahora es el momento de integrar lo vivido. Buen juicio querido mío tendrás y resurgirás, para finalmente alcanzar con éxito y plenitud ese mundo que te hizo iniciar este caminar, y así nuevamente lo harás porque en este andar se aprende a reír y llorar. Un nuevo ciclo seguro emprenderás. He ahí el verdadero aprendizaje de este viaje.

“La vida es de lo bueno y lo difícil “ Joan Garriga

El Loco.

Con esta pequeña pero enriquecedora historia que me contó un día mi Loco me despido hoy de ti, con el deseo que hayas reconocido todas las veces que has alcanzado ese mundo por el cual decidiste un día emprender un camino. Te dejo un abrazo y nos vemos en la próxima.